¡Buenas tardes mis delicias!
Hoy os traigo, como siempre, mi opinión sobre una de mis últimas lecturas.
Es sobre...
"En camas separadas"
de Laura Maqueda.
Quiero agradecer a Ediciones Pámies y, en especial, a su sello romántico Phoebe, el envío del ejemplar en digital para su lectura.
¡Muchas gracias!
Y sin más demora...
¡Vamos allá!
Autora: Laura Maqueda
Editorial: Pàmies
Sello: Phoebe
ISBN: 9788416970551
Género: Romántica/contemporánea
Número de páginas: 267
Editorial: Pàmies
Sello: Phoebe
ISBN: 9788416970551
Género: Romántica/contemporánea
Número de páginas: 267
Primera regla de la amistad: no enamorarte jamás de tu mejor amigo.
Héctor y Mia han sido amigos desde mucho antes de lo que les alcanza la memoria. Acostumbrados a pasar juntos todo su tiempo libre, han compartido bromas, primeras veces, desengaños… Y han sido precisamente sus rarezas las que los han mantenido como un frente unido.
Sin embargo, la vida los obliga a tomar caminos separados, y ahora Mia, en Madrid, y Héctor, en Japón, deberán aprender a vivir el uno sin el otro sabiendo que es probable que no vuelvan a verse.
Pasan los años y Mia, con la sensación de que le falta la mitad de sí misma, se centra en su trabajo mientras fantasea con su guapísimo jefe, convencida de que ella podría ser la mujer de su vida. Pero lo último que Mia se imagina que ocurra es que su mejor amigo regrese.
A su vuelta del extranjero, Héctor hará que su mejor amiga se plantee qué es lo que realmente espera de la vida. Además pondrá su rutina patas arriba al irse a convivir con Mia al pequeño apartamento de esta, lo que no será cosa fácil, porque… los amigos duermen en camas separadas…, ¿verdad?
No voy a añadir nada más ya que se puede decir que la sinopsis es un resumen del libro, y no me quiero arriesgar a cometer algún que otro spoiler porque no proceden.
Así que iré al grano y os hablaré como siempre de los personajes (principales y secundarios), pluma de la autora y qué me ha parecido la novela. Antes de dar comienzo... debo confesar que esta historia me ha dejado una sensación agridulce en muchos aspectos, pero os haré saber el porqué conforme vaya desarrollando la opinión.
Vamos a comenzar con los protagonistas que son... Mia y Héctor.
Mia: en su faceta de niña la consideran rara y una empollona, aunque a ella nunca le molesta lo que puedan decir de ella. Es simpática, extrovertida, cariñosa, en ocasiones vergonzosa y muy tímida, una friki de cuidado y no soporta que se digan palabrotas. Una amiga fiel y leal para Héctor, al que considera su chico favorito. En casa la situación no está en su mejor momento y se refugia con su inseparable camarada. En su faceta adulta... después de la marcha de Héctor, se vuelve más introvertida, más cauta, más madura, igual de friki pero sin demostrarlo, ya que al ser adulta sí que le importa la imagen que pueda dar y el qué dirán. Trabaja como secretaria de una editorial. El regreso de Héctor hará que se remuevan en su interior sentimientos que creía enterrados y volver a tener a su lado a su querido amigo del alma.
Héctor: en su faceta de niño es bastante tímido y retraído, excepto con Mia y su abuela Ali. La abuela Ali lo cría ya que, ni su padre ni su madre, se hicieron cargo de él. Esta situación hace que Héctor se sienta solo en muchas ocasiones, pero con la alegría y la luz que desprende Mia esa sensación va desapareciendo. Tiene la mala costumbre de decir muchas palabrotas y su amiga siempre le aplica un correctivo, en forma de mordisco en la oreja, para que deje de decirlos. Es igual de friki que Mia y ese nexo en común los hace inseparables. Es muy protector con ella y la defiende siempre que es necesario. En su faceta de adulto... busca conseguir su sueño de convertirse en un gran ilustrador y para ello deberá hacer el sacrificio de trasladarse a Japón. Cuando regresa tras cinco años de ausencia, al igual que le sucede a Mia, afloran sentimientos que ha querido esconder y que, en realidad, sólo consigue acrecentar al convivir con Mia. Sigue siendo igual de tímido y, como le sucede a su amiga, se sonroja a la primera de cambio.
Respecto a los personajes secundarios la verdad es que no hay muchos, pero me voy a centrar en los que considero más relevantes.
Sergio: jefe de Mia. Un hombre prepotente, soberbio, manipulador, que manda señales contradictorias, hedonista, egoísta y ambicioso, vamos, lo que viene siendo una joyita. Mia bebe los vientos por él.
Tony: durante la ausencia de Héctor se convierte en el mejor amigo de Mia. es un polvorilla, trabaja con Mia y tiende a meterse donde no le llaman. Tiene complejo de hada madrina/Pepito Grillo/celestina y es un embaucador de mucho cuidado. Es un personaje imprescindible en el desarrollo de la historia.
Danny: alguien importante para Héctor que conoció en Japón y fue un gran apoyo. Resultará una amenaza, aunque sea en la distancia, para Mia.
Referente a los personajes principales... es aquí donde empiezan los sentimientos encontrados y esa sensación agridulce, me explico, no he conseguido conectar con ninguno de los dos en su versión adulta. Sus comportamientos y actitudes me han sacado en muchos momentos de mis casillas, sobre todo en lo que respecta a Mia. Su comportamiento infantiloide en muchas ocasiones, su indecisión, la poca valía que se da frente a Sergio, ese lado tan permisivo, tan irritante con quien no debe serlo, esta clase de cosas hizo que se me atravesara un poco hasta que, pocos capítulos antes de terminar su lectura, supe el motivo de su actitud, pero aún así en mi caso ya era tarde y me da una lástima increíble. En el caso de Héctor debo admitir que pensaba que tendría más carácter, que lo tiene, pero no es suficiente para mí aunque lo considero el personaje más entrañable. No los considero unos personajes planos, digamos que están en un punto intermedio.
En definitiva, esperaba más de ellos, que diesen mucho más juego, pero me he quedado con ganas de más carisma, más resolución y, sobre todo, que destacaran muchísimo más, provocándome más sensaciones, más reacciones y, sobre todo y ante todo, empatía, y lo primordial, conexión.
De los personajes secundarios me quedo sin duda alguna con Tony, porque aporta frescura, sensatez, locura y luz a la historia. Como he comentado anteriormente, para mí es esencial en el desarrollo de la novela.
La pluma de Laura es sencilla, fresca y con un lenguaje coloquial estupendo. Los diálogos están bien estructurados, son abundantes y constantes. Respecto a la historia debo decir que es bastante predecible, sin ningún giro argumental demasiado destacable, pero lo achaco a lo previsible que es todo. En algunos momentos debo admitir que la lectura se me hizo un poco densa y algo repetitiva por muchos motivos, tales como el hecho de que sean tan frikis y creo que es porque yo no lo soy en absoluto, lo edulcorados que son ambos con tanto rubor, por la atracción que siente Mia por Sergio, los sí pero no... el quiero pero no debo... toda esa indecisión la he visto un poco excesiva y me habría gustado más emoción, riñas, reacciones, no sé... mucho más.
A pesar de las cosas que os he comentado sobre lo que no me ha terminado de convencer, que son mis impresiones (solo mías) es una novela entretenida que se lee en un suspiro y, lo que a mí puede no haberme gustado del todo, a otras personas les puede encantar. Como siempre digo, para gustos los colores.
Lo que sí que me ha gustado mucho es el hecho de haberlos conocido desde pequeños y ver su evolución con el paso de los años. Laura nos los da a conocer con cinco años, diez, doce, quince, diecinueve, veintidós... haciéndonos partícipes de cómo se afianza su amistad, como se vuelven imprescindibles el uno para el otro, como comienzan a aflorar los sentimientos, sus miedos por perder una amistad tan consolidada y duradera por algo que no saben si es correspondido o va a llegar a alguna parte. Esta evolución a través de los años me ha gustado mucho la verdad. Los momentos Outlander y el ego de Héctor por los suelos, el kilt... la verdad es que me he reído con ellos en muchas ocasiones.
Las escenas de pasión son sencillas y descritas con mucha ternura, a la vez que con intensidad. Son las justas y necesarias, algunas ni siquiera son descritas en profundidad y es algo que me gusta, porque así no resultan cargantes en absoluto.
La historia está narrada en tercera persona desde la perspectiva de ambos protagonistas, algo que me gusta mucho ya que es una manera de conocerlos más en profundidad.
El libro consta de 267 páginas, divididas en 24 capítulos de extensión media, un epílogo y, la autora, nos hace un pequeño regalo que, al menos a mí me ha encantado, un relato navideño de los personajes de "Érase una vez en Londres" y "Érase otra vez en Londres".
Tengo una sensación de desazón que no sé si sabré explicar el porqué. Yo creo que puede ser por el hecho de que he mitificado a los personajes de sus anteriores novelas y, en cierto modo, "encasillado" a Laura en las historias de los personajes anteriormente nombrados. En todo momento he sido honesta y objetiva, os he dado a conocer mis impresiones y malestar porque no haya conseguido llenarme con esta novela. Tal vez será porque Londres me caló hondo y no consigo desconectar y menos aún, después de que esta novela termine con un relato de estos personajes tan maravillosos que, en su día, consiguieron colarse en mi corazón.
Vamos a comenzar con los protagonistas que son... Mia y Héctor.
Mia: en su faceta de niña la consideran rara y una empollona, aunque a ella nunca le molesta lo que puedan decir de ella. Es simpática, extrovertida, cariñosa, en ocasiones vergonzosa y muy tímida, una friki de cuidado y no soporta que se digan palabrotas. Una amiga fiel y leal para Héctor, al que considera su chico favorito. En casa la situación no está en su mejor momento y se refugia con su inseparable camarada. En su faceta adulta... después de la marcha de Héctor, se vuelve más introvertida, más cauta, más madura, igual de friki pero sin demostrarlo, ya que al ser adulta sí que le importa la imagen que pueda dar y el qué dirán. Trabaja como secretaria de una editorial. El regreso de Héctor hará que se remuevan en su interior sentimientos que creía enterrados y volver a tener a su lado a su querido amigo del alma.
Héctor: en su faceta de niño es bastante tímido y retraído, excepto con Mia y su abuela Ali. La abuela Ali lo cría ya que, ni su padre ni su madre, se hicieron cargo de él. Esta situación hace que Héctor se sienta solo en muchas ocasiones, pero con la alegría y la luz que desprende Mia esa sensación va desapareciendo. Tiene la mala costumbre de decir muchas palabrotas y su amiga siempre le aplica un correctivo, en forma de mordisco en la oreja, para que deje de decirlos. Es igual de friki que Mia y ese nexo en común los hace inseparables. Es muy protector con ella y la defiende siempre que es necesario. En su faceta de adulto... busca conseguir su sueño de convertirse en un gran ilustrador y para ello deberá hacer el sacrificio de trasladarse a Japón. Cuando regresa tras cinco años de ausencia, al igual que le sucede a Mia, afloran sentimientos que ha querido esconder y que, en realidad, sólo consigue acrecentar al convivir con Mia. Sigue siendo igual de tímido y, como le sucede a su amiga, se sonroja a la primera de cambio.
Respecto a los personajes secundarios la verdad es que no hay muchos, pero me voy a centrar en los que considero más relevantes.
Sergio: jefe de Mia. Un hombre prepotente, soberbio, manipulador, que manda señales contradictorias, hedonista, egoísta y ambicioso, vamos, lo que viene siendo una joyita. Mia bebe los vientos por él.
Tony: durante la ausencia de Héctor se convierte en el mejor amigo de Mia. es un polvorilla, trabaja con Mia y tiende a meterse donde no le llaman. Tiene complejo de hada madrina/Pepito Grillo/celestina y es un embaucador de mucho cuidado. Es un personaje imprescindible en el desarrollo de la historia.
Danny: alguien importante para Héctor que conoció en Japón y fue un gran apoyo. Resultará una amenaza, aunque sea en la distancia, para Mia.
Referente a los personajes principales... es aquí donde empiezan los sentimientos encontrados y esa sensación agridulce, me explico, no he conseguido conectar con ninguno de los dos en su versión adulta. Sus comportamientos y actitudes me han sacado en muchos momentos de mis casillas, sobre todo en lo que respecta a Mia. Su comportamiento infantiloide en muchas ocasiones, su indecisión, la poca valía que se da frente a Sergio, ese lado tan permisivo, tan irritante con quien no debe serlo, esta clase de cosas hizo que se me atravesara un poco hasta que, pocos capítulos antes de terminar su lectura, supe el motivo de su actitud, pero aún así en mi caso ya era tarde y me da una lástima increíble. En el caso de Héctor debo admitir que pensaba que tendría más carácter, que lo tiene, pero no es suficiente para mí aunque lo considero el personaje más entrañable. No los considero unos personajes planos, digamos que están en un punto intermedio.
En definitiva, esperaba más de ellos, que diesen mucho más juego, pero me he quedado con ganas de más carisma, más resolución y, sobre todo, que destacaran muchísimo más, provocándome más sensaciones, más reacciones y, sobre todo y ante todo, empatía, y lo primordial, conexión.
De los personajes secundarios me quedo sin duda alguna con Tony, porque aporta frescura, sensatez, locura y luz a la historia. Como he comentado anteriormente, para mí es esencial en el desarrollo de la novela.
La pluma de Laura es sencilla, fresca y con un lenguaje coloquial estupendo. Los diálogos están bien estructurados, son abundantes y constantes. Respecto a la historia debo decir que es bastante predecible, sin ningún giro argumental demasiado destacable, pero lo achaco a lo previsible que es todo. En algunos momentos debo admitir que la lectura se me hizo un poco densa y algo repetitiva por muchos motivos, tales como el hecho de que sean tan frikis y creo que es porque yo no lo soy en absoluto, lo edulcorados que son ambos con tanto rubor, por la atracción que siente Mia por Sergio, los sí pero no... el quiero pero no debo... toda esa indecisión la he visto un poco excesiva y me habría gustado más emoción, riñas, reacciones, no sé... mucho más.
A pesar de las cosas que os he comentado sobre lo que no me ha terminado de convencer, que son mis impresiones (solo mías) es una novela entretenida que se lee en un suspiro y, lo que a mí puede no haberme gustado del todo, a otras personas les puede encantar. Como siempre digo, para gustos los colores.
Lo que sí que me ha gustado mucho es el hecho de haberlos conocido desde pequeños y ver su evolución con el paso de los años. Laura nos los da a conocer con cinco años, diez, doce, quince, diecinueve, veintidós... haciéndonos partícipes de cómo se afianza su amistad, como se vuelven imprescindibles el uno para el otro, como comienzan a aflorar los sentimientos, sus miedos por perder una amistad tan consolidada y duradera por algo que no saben si es correspondido o va a llegar a alguna parte. Esta evolución a través de los años me ha gustado mucho la verdad. Los momentos Outlander y el ego de Héctor por los suelos, el kilt... la verdad es que me he reído con ellos en muchas ocasiones.
Las escenas de pasión son sencillas y descritas con mucha ternura, a la vez que con intensidad. Son las justas y necesarias, algunas ni siquiera son descritas en profundidad y es algo que me gusta, porque así no resultan cargantes en absoluto.
La historia está narrada en tercera persona desde la perspectiva de ambos protagonistas, algo que me gusta mucho ya que es una manera de conocerlos más en profundidad.
El libro consta de 267 páginas, divididas en 24 capítulos de extensión media, un epílogo y, la autora, nos hace un pequeño regalo que, al menos a mí me ha encantado, un relato navideño de los personajes de "Érase una vez en Londres" y "Érase otra vez en Londres".
"En camas separadas" es una historia de amistades eternas, símbolos que unen para siempre. Personajes con miedo a mostrar sus sentimientos y darse una oportunidad, a ser uno mismo y no lo que quieran que seas los demás. Una historia llena de soledades involuntarias, de necesidades, de afecto, de reconocimiento, de frikeo absoluto, inquietudes, mucho cariño y humor. Una novela entretenida y fresca que se lee en un santiamén cuando nos apetece una lectura ligerita.
(PLAYLIST DE "EN CAMAS SEPARADAS" EN SPOTIFY)
Laura Maqueda nació en Sevilla, donde reside en la actualidad. Es diplomada en Magisterio en la especialidad de Educación Infantil, y desde muy joven comenzó a demostrar su pasión por la escritura creando pequeñas historias en foros literarios.Animada por la insistencia de su mejor amiga, decidió contactar con el mundo editorial. Su pasión es la novela romántica histórica, pero actualmente la contemporánea centra la temática de sus escritos.En 2016 Pàmies publicó "Érase una vez en Londres", que resultó un auténtico bombazo de ventas y de crítica, a la que siguió "Érase otra vez en Londres" (2017). "En camas separadas" es la tercera novela de la autora en nuestra colección Phoebe.
¡Pues hasta aquí la entrada de hoy!
Espero que os haya gustado y si es así, por favor, comentad y seguid al Desván...
¡Que siempre se agradece!
Hola holaaaa, que lastima que no te haya llegado tanto como esperabas. Besazos
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