Autora: Meghan March
Editorial: Penguin Random House
Trilogía: Mount 1
Sello: Vergara
ISBN: 978-84-16076-73-4
Género: Erótico/Contemporáneo
Número de páginas: 256
Editorial: Penguin Random House
Trilogía: Mount 1
Sello: Vergara
ISBN: 978-84-16076-73-4
Género: Erótico/Contemporáneo
Número de páginas: 256
“Nueva Orleans me pertenece.
No conoces mi nombre pero controlo todo lo que ves y algunas cosas que no ves. Mi poder no conoce límites y logro todo lo que me propongo.
Estás en deuda conmigo, todavía no lo sabes pero ha llegado el momento de cobrármela.
Keira Kilgore, ahora eres propiedad de Lachlan Mount”.
Keira Kilgore es la dueña de una de las destilerías de whisky más antiguas de Nueva Orleans. Sus antepasados escoceses la fundaron hace varias generaciones y, a pesar de las dificultades económicas, Keira dirige su negocio con inteligencia, voluntad y algo de cabezonería. Sin embargo, ninguna de sus armas empresariales la ha preparado para hacer frente a la enorme deuda que su marido, antes de morir, contrajo con Lachlan Mount, el “Rey en las sombras”de Nueva Orleans. Ahora Mount ha decidido cobrarse su deuda, y para ello no le vale una destilería en quiebra. La quiere a Keira. Entera y completa.
¡Buenas noches mis delicias! Aquí me tenéis de nuevo con mi opinión sobre otra de mis últimas lecturas. En este caso se trata de “Rey” la primera entrega de la trilogía “Mount” de Meghan March. Quiero aprovechar para agradecer a Vergara el envío del ejemplar para su lectura. ¡Muchas gracias!. Y sin más demora… ¡Vamos allá!.
No voy a añadir nada más ya que la sinopsis cuenta suficiente para ponernos en antecedentes sobre de qué trata la historia. Así que voy a dar comienzo con mi opinión, os hablaré de los protagonistas, personajes secundarios, pluma de la autora y lo que creo que podéis encontrar en esta novela.
Si os parece bien os voy a dar a conocer a nuestros protagonistas: Keira y Lachlan.
Keira: una mujer que se hace cargo de la empresa familiar una vez que se ha jubilado su padre. La destilería Seven Sinners es su vida e intenta levantar el negocio e innovarlo con tesón, arrojo y profesionalidad ya que ella es la cuarta generación que se hace cargo de la destilería. Es una persona que no se amilana y lucha por conseguir su lugar en el imperio de las destilerías y demostrar que está más que capacitada en lograrlo, aunque consideren que es un mundo en el que una mujer no tiene cabida. Es cariñosa, comprometida, leal, familiar, un hacha en su trabajo, una visionaria a la par que testaruda, rebelde, muy intensa debido seguramente a su sangre irlandesa, estratega, desconfiada y con un genio de mil demonios. Cuando le hacen saber la deuda que contrajo su difunto marido, la cantidad y quién es el acreedor… El mundo se le viene encima. No tiene dinero para solventar dicha deuda y para otras que arrastra, pero el mafioso más temido de Nueva Orleans no le va a dar cuartelillo, quiere cobrar su deuda y el precio es ella misma. Keira con tal de salvar el negocio y mantener a salvo a su familia deberá entregarse voluntariamente a todo lo que desee Mount. Solo reza porque no la destruya en el proceso tanto moral como emocionalmente.
Lachlan: un hombre que consigue siempre lo que quiere, temido y respetado por todos es, por así decirlo, el dueño y rey de Nueva Orleans. Nadie osa desafiarle ya que saben perfectamente cuál serán las consecuencias. Es implacable, un hombre oscuro, metódico, manipulador, desesperante, arrogante y sobre todo peligroso. Es un hombre que enseguida se cansa de las mujeres y, el préstamo que el marido de Keira le solicitó, le pone la oportunidad de hacer lo que quiera con ella en bandeja de plata. La pelirroja tiene carácter y eso despierta su interés, para él es un desafío someterla y doblegarla a su voluntad por pura diversión, pero su sorpresa será mayúscula cuando descubra que Keira, a pesar de temerle, no va a parar de desafiarle y se va a oponer con todas sus fuerzas a dejarse arrastrar por él, por mucho que tenga que perder.
Los protagonistas que ha creado la autora para esta novela son totalmente opuestos, pero eso es lo que capta tu interés y provoca tu curiosidad a lo largo de la historia. Ambos evolucionan e involucionan constantemente a lo largo de la trama, un aliciente más para que te mantengas enganchada a su lectura. Son personajes potentes, dos titanes que mantienen una lucha constante, uno por mantener el control y el otro por arrebatarlo.
El elenco de personajes secundarios no es excesivo, solo los justos y necesarios para el desarrollo de la trama. Pero os voy a dar a conocer los que yo considero que tienen más relevancia en la historia.
Y ellos son…
Temperance: asistente/mano derecha de Keira. Una chica eficiente y trabajadora que intenta ayudar a su jefa a sacar la destilería a flote. Es muy intuitiva pero a su vez muy discreta ya que, aunque no se entromete sabe que a Keira le pasa algo.
Brett: difunto marido de Keira. Un aprovechado y un estafador de mucho cuidado. Es el único culpable y responsable de que su mujer se encuentre ante semejante tesitura con el mayor mafioso de la ciudad.
Magnolia: la mejor amiga de Keira. Son como el día y la noche pero el cariño y la lealtad que se profesan es envidiable. Intentará asesorar a su amiga en la medida de sus posibilidades a pesar de poder poner en peligro su vida. Es exuberante, descarada y sin un pelo en la lengua, llama a las cosas por su nombre casi sin pestañear y tiene un increíble don de gentes.
Cicatriz: lacayo de Mount. Será el encargado/niñera de Keira, debe hacerse cargo de ella, vigilarla y protegerla. Es leal, meticuloso, algo brusco y parco en palabras.
La pluma de la autora es sencilla, fluida y con un lenguaje coloquial bastante básico, al menos en lo que se refiere a esta entrega. La narración es dinámica y constante, con saltos temporales y un gran giro argumental al final de la novela que te deja ojiplática y con unas ganas tremendas de arrasar con la segunda parte.
Los diálogos son abundantes y fluidos, sin rellenos, va directa al grano y no se entretiene en detalles innecesarios. Lo que sí debo admitir es que es un cliché en toda regla, es decir, hombre dominante y mujer que se niega a someterse y luego acaba cayendo de cabeza. Pero aún así la verdad es que me ha gustado por muy topicazo que sea porque son previsibles y, aunque el último argumento no se aplica a esta novela que conste, pueden llegar a cansar. Pero al dar el golpe de gracia al final, tienes que leerte la continuación sí o sí por el giro que da la historia.
Es admirable lo mucho que se ha documentado la autora sobre las destilerías, elaboración del whisky, los ingredientes, alambiques, etcétera… a parte del tema empresarial, carteles, extorsión corrupción, mafia… Estoy segura de que ha sido un trabajo arduo y la admiro por ello, sobre todo por cómo nos describe Nueva Orleans, sus calles, sus costumbres… Es algo que consigue adentrarte más en la historia.
Las escenas de pasión, aunque no lo creáis, no son excesivas, es más destacable cómo juega Lachlan con ella, en las situaciones tan comprometidas en las que la coloca. Pero cuando hay sexo las palabras son soeces y muy descriptivas, para que os voy a decir lo contrario, al igual que las escenas, que las detalla al dedillo y son de alto voltaje y con toques de BDSM, pero ligeros, sin excesos en lo que a la práctica se refiere.
Si sois personas que os gusta el género erótico que contenga temática BDSM como a mí, creo que os puede atraer esta novela. En cambio si no te gusta ninguna de las dos cosas, es mejor dejarlo pasar ya que puede herir la sensibilidad del lector, y no me refiero a que haya humillaciones o auténticas aberraciones, nada de eso, simplemente es que si no eres asiduo a o asidua a este tipo de novelas que contienen dominación y sumisión no lo vais a entender y, puede que a lo mejor, llegara a incomodaros. Prefiero avisar antes de que nadie se lleve una sorpresa.
La historia está narrada en primera persona por ambos protagonistas aunque en su mayoría lo hace Keira. Me hubiese gustado que Mount hubiese interactuado más en la narración, pero todo tiene su porque y estoy convencida de que en la siguiente entrega sabremos más de él de primera mano, porque me da que tiene mucho que contarnos sobre su vida pasada y el hecho que provocó que se convirtiese en el rey de Nueva Orleans.
El libro consta de 256 páginas, divididas en 27 capítulos de extensión media/corta. Dichos capítulos van encabezados con su correspondiente número y el nombre del protagonista que lo narra.
No voy a añadir nada más ya que la sinopsis cuenta suficiente para ponernos en antecedentes sobre de qué trata la historia. Así que voy a dar comienzo con mi opinión, os hablaré de los protagonistas, personajes secundarios, pluma de la autora y lo que creo que podéis encontrar en esta novela.
Si os parece bien os voy a dar a conocer a nuestros protagonistas: Keira y Lachlan.
Keira: una mujer que se hace cargo de la empresa familiar una vez que se ha jubilado su padre. La destilería Seven Sinners es su vida e intenta levantar el negocio e innovarlo con tesón, arrojo y profesionalidad ya que ella es la cuarta generación que se hace cargo de la destilería. Es una persona que no se amilana y lucha por conseguir su lugar en el imperio de las destilerías y demostrar que está más que capacitada en lograrlo, aunque consideren que es un mundo en el que una mujer no tiene cabida. Es cariñosa, comprometida, leal, familiar, un hacha en su trabajo, una visionaria a la par que testaruda, rebelde, muy intensa debido seguramente a su sangre irlandesa, estratega, desconfiada y con un genio de mil demonios. Cuando le hacen saber la deuda que contrajo su difunto marido, la cantidad y quién es el acreedor… El mundo se le viene encima. No tiene dinero para solventar dicha deuda y para otras que arrastra, pero el mafioso más temido de Nueva Orleans no le va a dar cuartelillo, quiere cobrar su deuda y el precio es ella misma. Keira con tal de salvar el negocio y mantener a salvo a su familia deberá entregarse voluntariamente a todo lo que desee Mount. Solo reza porque no la destruya en el proceso tanto moral como emocionalmente.
Lachlan: un hombre que consigue siempre lo que quiere, temido y respetado por todos es, por así decirlo, el dueño y rey de Nueva Orleans. Nadie osa desafiarle ya que saben perfectamente cuál serán las consecuencias. Es implacable, un hombre oscuro, metódico, manipulador, desesperante, arrogante y sobre todo peligroso. Es un hombre que enseguida se cansa de las mujeres y, el préstamo que el marido de Keira le solicitó, le pone la oportunidad de hacer lo que quiera con ella en bandeja de plata. La pelirroja tiene carácter y eso despierta su interés, para él es un desafío someterla y doblegarla a su voluntad por pura diversión, pero su sorpresa será mayúscula cuando descubra que Keira, a pesar de temerle, no va a parar de desafiarle y se va a oponer con todas sus fuerzas a dejarse arrastrar por él, por mucho que tenga que perder.
Los protagonistas que ha creado la autora para esta novela son totalmente opuestos, pero eso es lo que capta tu interés y provoca tu curiosidad a lo largo de la historia. Ambos evolucionan e involucionan constantemente a lo largo de la trama, un aliciente más para que te mantengas enganchada a su lectura. Son personajes potentes, dos titanes que mantienen una lucha constante, uno por mantener el control y el otro por arrebatarlo.
El elenco de personajes secundarios no es excesivo, solo los justos y necesarios para el desarrollo de la trama. Pero os voy a dar a conocer los que yo considero que tienen más relevancia en la historia.
Y ellos son…
Temperance: asistente/mano derecha de Keira. Una chica eficiente y trabajadora que intenta ayudar a su jefa a sacar la destilería a flote. Es muy intuitiva pero a su vez muy discreta ya que, aunque no se entromete sabe que a Keira le pasa algo.
Brett: difunto marido de Keira. Un aprovechado y un estafador de mucho cuidado. Es el único culpable y responsable de que su mujer se encuentre ante semejante tesitura con el mayor mafioso de la ciudad.
Magnolia: la mejor amiga de Keira. Son como el día y la noche pero el cariño y la lealtad que se profesan es envidiable. Intentará asesorar a su amiga en la medida de sus posibilidades a pesar de poder poner en peligro su vida. Es exuberante, descarada y sin un pelo en la lengua, llama a las cosas por su nombre casi sin pestañear y tiene un increíble don de gentes.
Cicatriz: lacayo de Mount. Será el encargado/niñera de Keira, debe hacerse cargo de ella, vigilarla y protegerla. Es leal, meticuloso, algo brusco y parco en palabras.
La pluma de la autora es sencilla, fluida y con un lenguaje coloquial bastante básico, al menos en lo que se refiere a esta entrega. La narración es dinámica y constante, con saltos temporales y un gran giro argumental al final de la novela que te deja ojiplática y con unas ganas tremendas de arrasar con la segunda parte.
Los diálogos son abundantes y fluidos, sin rellenos, va directa al grano y no se entretiene en detalles innecesarios. Lo que sí debo admitir es que es un cliché en toda regla, es decir, hombre dominante y mujer que se niega a someterse y luego acaba cayendo de cabeza. Pero aún así la verdad es que me ha gustado por muy topicazo que sea porque son previsibles y, aunque el último argumento no se aplica a esta novela que conste, pueden llegar a cansar. Pero al dar el golpe de gracia al final, tienes que leerte la continuación sí o sí por el giro que da la historia.
Es admirable lo mucho que se ha documentado la autora sobre las destilerías, elaboración del whisky, los ingredientes, alambiques, etcétera… a parte del tema empresarial, carteles, extorsión corrupción, mafia… Estoy segura de que ha sido un trabajo arduo y la admiro por ello, sobre todo por cómo nos describe Nueva Orleans, sus calles, sus costumbres… Es algo que consigue adentrarte más en la historia.
Las escenas de pasión, aunque no lo creáis, no son excesivas, es más destacable cómo juega Lachlan con ella, en las situaciones tan comprometidas en las que la coloca. Pero cuando hay sexo las palabras son soeces y muy descriptivas, para que os voy a decir lo contrario, al igual que las escenas, que las detalla al dedillo y son de alto voltaje y con toques de BDSM, pero ligeros, sin excesos en lo que a la práctica se refiere.
Si sois personas que os gusta el género erótico que contenga temática BDSM como a mí, creo que os puede atraer esta novela. En cambio si no te gusta ninguna de las dos cosas, es mejor dejarlo pasar ya que puede herir la sensibilidad del lector, y no me refiero a que haya humillaciones o auténticas aberraciones, nada de eso, simplemente es que si no eres asiduo a o asidua a este tipo de novelas que contienen dominación y sumisión no lo vais a entender y, puede que a lo mejor, llegara a incomodaros. Prefiero avisar antes de que nadie se lleve una sorpresa.
La historia está narrada en primera persona por ambos protagonistas aunque en su mayoría lo hace Keira. Me hubiese gustado que Mount hubiese interactuado más en la narración, pero todo tiene su porque y estoy convencida de que en la siguiente entrega sabremos más de él de primera mano, porque me da que tiene mucho que contarnos sobre su vida pasada y el hecho que provocó que se convirtiese en el rey de Nueva Orleans.
El libro consta de 256 páginas, divididas en 27 capítulos de extensión media/corta. Dichos capítulos van encabezados con su correspondiente número y el nombre del protagonista que lo narra.
Pues a pesar de lo que os he comentado anteriormente sobre lo de que es un cliché la verdad es que es una historia que me ha llamado mucho la atención. Ver como Keira no entiende cómo puede traicionarle de esa forma su cuerpo con lo mucho que odia a Lachlan, y por lo que puede pasar si ella no cumple su parte del trato me ha divertido mucho, al igual que con los cabreos que se pilla él al ver como Keira lo desafía, con las conversaciones entre Keira y Magnolia y los consejos que la susodicha le da, con los monólogos internos de Keira que no tienen desperdicio, con el carisma y simpatía de Temperance, con la paciencia infinita de cicatriz… Me ha llamado considerablemente la atención lo mucho que destaca la autora la lealtad, la integridad, las tradiciones, la igualdad y la lucha por alcanzar nuestros objetivos. Me han encantado las batallas dialécticas entre ambos protagonistas ya que son brutales y adictivas, pero sobre todo entretenidas por la cabezonería de Keira y la arrogancia de Lachlan.
“Rey” es una novela que se desarrolla en Nueva Orleans, una ciudad misteriosa, llena de secretos y poder. Su dueño es Mount y su juguete es Keira, dueña de una destilería que debe saldar una deuda. La lucha de voluntades está servida, someter… o ser sometido, dominar… o ser dominado ¿quién sabe? sólo podréis descubrirlo si le dais una oportunidad a esta novela que se lee en un día por lo mucho que engancha. Yo estoy loca por comenzar la segunda entrega llamada “Reina”, para conocer la continuación de ese final que te deja en shock.
Meghan March es autora de más de veinte títulos, muchos de ellos best sellers del New York Times, el Wall Street Journal y USA Today. Antes de dedicarse a la escritura, fue vendedora de lencería y abogada. Sin embargo, escribir libros sobre hombres alfa y mujeres fuertes y descaradas que los hacen caer rendidos a sus pies es, con diferencia, el mejor trabajo que ha tenido nunca. Los derechos de su “trilogía Mount” se han vendido a diez países.
¡Pues hasta aquí la entrada de hoy!
Espero que os haya gustado y si es así, por favor, comentadla y seguid al Desván...
¡Que siempre se agradece!
Por ahora no entra este libro en mis planes de lectura.
ResponderEliminarSaludos